Desde que el mundo entero se comenzó a preocupar por el calentamiento global, la conservación especies y del medio ambiente, la industria del consumo y del marketing se volcaron a incluir ingredientes naturales en una inmensa gama de productos de uso diario, desde artículos de aseo personal a base de palta, plátano, pepino, cremas corporales de coco, hasta llegar a usar el café como ingrediente principal.
Exfoliante:
El desecho de café molido por décadas se ha ocupado como repelente de insectos, fertilizante de suelos y para hacer velas, ahora, las empresas de cosmética lo ocupan para hacer jabones y cremas exfoliantes para el cuerpo. La borra del café, además de exfoliar la piel, activa la circulación de la piel y ofrece una gran cantidad de antioxidantes que retrasan el envejecimiento prematuro.
Anticelulítico:
La cafeína tiene el poder de activar la circulación sanguínea, por lo que la industria de las cremas humectantes con efecto anticelulítico comenzó a incluir al café como un ingrediente activo para combatir la aparición de estos cúmulos de grasa bajo las capas de la piel, prometiendo una apariencia tersa y con mayor vitalidad, esto gracias también a las propiedades lipolíticas y queratolíticas.
Antiinflamatorio:
Gracias al aporte de la cafeína en la activación de la circulación sanguínea, las marcas más famosas del mundo de la cosmética y cuidado facial comenzaron a incorporarlo en prácticamente todas las cremas para combatir las ojeras e hinchazón debajo de los ojos.
Estimulante:
Otra industria que viene incluyendo a la cafeína es la del cuidado capilar, la cafeína gracias a su poder estimulante logra, junto con el minoxidil, prevenir la calvicie y detener la caída capilar.
