Es bien conocido que todo lo que tiene vida debe mantenerse saludable para estar vivo y longevo, y que cada especie, animal o vegetal tienen ciclos y formas de vida diferentes así como enfermedades que amenazan su existencia, es café es uno de ellos, es una fruta que proviene de un arbusto que es susceptible a enfermedades.
Se debe tomar en cuenta que el grano de café alguna vez estuvo vivo, fue una fruta, una cereza que madura en un arbusto y que para poder llegar a estar dentro de una taza pasa por muchos procesos que ameritan que este saludable y mantenga sus propiedades de la mejor forma.
Dentro de los cafetales el mayor enemigo de la planta son los hongos, entre ellos el que más amenaza la vida de café es la roya, esta enfermedad afecta con mayor intensidad a la variedad arábica, proviene del hongo Hemileia vastatrix y prolifera con los climas cálidos de entre 23 y 25 grados centígrados y que se aprovecha de la lluvia y vientos para propagar esporas que termina de contaminar toda la plantación.
Esta enfermedad puede identificarse fácilmente, una la planta enferma con roya comienza a presentar cambios físicos como manchas redondas de color amarillo en la parte superior de la hoja y debajo un polvillo anaranjado, además de lesiones viejas lucen tejido muerto de color café.
Dentro de los daños que causa la roya a las plantas de café está la caída prematura de sus hojas, limitando la fotosíntesis dejando a la planta sin su proceso natural de alimentación y por ende incapacitando su proceso de maduración y en caso de poder crecer su fruto tendrá un sabor astringente.
Para preverlo la recomendación ocupar variedades de semillas resistentes al hongo, colocar fungicidas que protejan la planta, revisar las plantas con regularidad para asegurar su sano desarrollo, conocer profundamente las condiciones climáticas y de suelos de la zona para prever propagación de plagas así como mantener la siembra en lotes aislados para prever la transmisión de la enfermedad.
Por último, pero súper importante es la valoración, siempre que se saboree una taza de café tomar en cuenta el esfuerzo que lleva todo el proceso para que sea posible cultivar un buen café, valorar a los caficultor que desde sus fincas velan por producir el mejor grano posible.