Errores que Matan Cafeterías Antes del Primer Año (y Cómo Evitarlos)

Errores que Matan Cafeterías Antes del Primer Año (y Cómo Evitarlos)

Emprender una cafetería es uno de los sueños más comunes hoy en día entre quienes buscan independencia, propósito y un negocio atractivo. Pero la realidad es dura: muchas cafeterías no sobreviven ni siquiera el primer año. ¿Por qué? No es por falta de pasión, ni por no amar el café. Es por cometer errores que parecen pequeños, pero que terminan teniendo consecuencias catastróficas.

En este artículo, te compartimos los errores más comunes que hemos visto en los más de 5.000 alumnos que han pasado por nuestros cursos, y que también vivió nuestro fundador, Víctor Olave, en su primer intento de montar una cafetería. Si estás por abrir tu cafetería, o si ya tienes una y no estás viendo los resultados esperados, esto es para ti.

1. Comprar sin tener claridad del negocio
Uno de los errores más frecuentes es dejarse llevar por la emoción y comprar equipamiento antes de tener definido el modelo de negocio. Ves una máquina de café en oferta, una vitrina o un horno, y te lanzas a comprar. ¿El problema? A veces ese equipo no sirve para el tipo de cafetería que realmente vas a montar.

Muchas veces, estas compras anticipadas terminan siendo un lastre: no calzan con el tamaño del local, no cumplen la normativa sanitaria o simplemente no van con la propuesta de valor. Y lo peor: las compras hechas a título personal, sin factura ni respaldo contable, hacen que pierdas el IVA y no puedas justificar la inversión como gasto del negocio.

Consejo: No compres nada hasta que hayas definido tu concepto, tu menú, el flujo de clientes y el tipo de servicio que vas a ofrecer. Primero el modelo de negocio, luego el equipamiento.

2. Arrendar sin comparar ni medir
Otro error mortal: enamorarse de un local sin hacer un análisis comparativo. Muchos emprendedores se dejan llevar por la "sensación" de que una calle es transitada, o porque está cerca de colegios u oficinas. Pero no hacen mediciones reales, no comparan precios, ni consideran factores como la orientación del sol, los horarios de flujo o las restricciones del arriendo.

Hay cafeterías que fracasan solo porque eligieron mal su ubicación. No importa qué tan buen café tengas, si el flujo no es suficiente, no hay negocio que lo aguante.

Consejo: Antes de firmar contrato, compara al menos 3 opciones y haz un análisis técnico del flujo de personas por hora, del entorno, la competencia y la renta en relación al ingreso proyectado.

3. No saber negociar
Emprender es entrar a un nuevo juego: el de la negociación constante. Desde el arriendo, hasta los insumos y el personal. Muchos nuevos cafeteros no están preparados para negociar y aceptan condiciones desventajosas, como arriendos sin periodo de gracia, precios inflados en equipamiento o contratos poco flexibles.

Negociar no es solo regatear. Es entender los intereses de la otra parte, preparar tus argumentos y saber cuándo retirarte.

Consejo: Prepárate. Lee sobre negociación, escucha podcasts, haz simulaciones. Negociar bien puede ahorrarte millones y darte mayor control de tu negocio.

4. No entender el negocio (más allá del café)
Muchos emprendedores creen que abrir una cafetería es pasarse el día hablando de café con los clientes. Pero la realidad es distinta: inventarios, costos, proveedores, marketing, redes sociales, personal, mantenimiento, limpieza, caja chica y más. Si solo te enfocas en el café y descuidas estos elementos, tu cafetería sufrirá.

Además, la calidad del producto no lo es todo. El modelo de atención, la experiencia del cliente, los tiempos de espera y la coherencia del menú son igual o más importantes.

Consejo: Dedica tiempo a entender cómo funciona una cafetería como negocio. Aprende de otros, toma cursos, conversa con quienes ya están en la industria. Y nunca pierdas de vista los números.

5. Subestimar los productos que acompañan al café
Otro error clásico es enfocarse tanto en el café, que se olvida que la mayoría de las ventas viene de lo que lo acompaña: medialunas, pasteles, sándwiches, jugos, etc. Muchos definen este menú a última hora y sin pensar en costos, márgenes o preferencias del público.

Un mal acompañamiento puede arruinar la experiencia del cliente. Y un buen acompañamiento puede duplicar tu ticket promedio.

Consejo: Diseña el menú complementario con la misma seriedad que eliges tu café. Testea productos, mide rotación y márgenes. Y sobre todo, cuida la presentación.

Conclusión
Montar una cafetería no es fácil, pero tampoco es un misterio. Los errores están bien documentados, y se pueden evitar. Lo importante es tomarse en serio el negocio, más allá de la pasión por el café.