Métodos de cosecha del Café

Métodos de cosecha del Café

La recolección de frutos naturales siempre ha sido uno de los procesos más importantes de la producción de alimentos, que desde años ancestrales se ha buscado modernizar para acelerar y acortar gastos de la cosecha, ideando equipos y máquinas para tal fin, sin embargo en el caso del café no es lo mejor.

Dentro del mundo de la agricultura la etapa de recolección es donde debe hacerse el mayor esfuerzo para no desperdiciar o perder ningún fruto, en el caso de los cereales como el maíz, el arroz, la caña de azúcar entre muchos más, se ocupan grandes máquinas cosechadoras que son operadas por un experto y dónde la participación humana no es necesaria, pero en el caso de las frutas provenientes de pequeños arbustos y que además son de textura suaves y delicadas, el proceso es totalmente diferente.

Para estos pequeños frutos, la recolección debe ser manual, esto ocurre con las uvas, duraznos, ciruelas y con el café. Son frutos delicados que no maduran todos al mismo tiempo por lo que ameritan que un cosechador lo haga con sus manos, es por esto que los costos para el agricultor siempre van en ascenso, no sólo se trata de tener la mejor semilla, preparar la tierra, usar fertilizantes para alimentar a las plantas, sino también contar con el personal que conoce el fruto y lo coseche a mano.

Si bien es cierto que muchas fincas caficultoras ocupan máquinas para este proceso, el resultado final no es el óptimo, son equipos que se fijan a la base de los arbustos y sacuden con fuerza hasta que sueltan todas las cerezas de café, este paso no permite distinguir entre el grano listo y el que no.

Y aunque después de la recolección mecánica puede hacerse una selección del fruto desechando el que no este apto, el resultado en taza no será el mejor, se tendrá una merma final y su valor será mucho menor.

Hoy en día la recolección manual de cerezas de café es todo un arte, se han desarrollado técnicas que buscan preservar el arbusto, respetar los tiempos de maduración y acortar la duración del proceso, garantizando así un grano perfecto que se notará al convertirse en el líquido caliente servido en una taza.
Definitivamente el proceso de llevar esa cereza de café a servirse en una taza es bastante complejo, pero una vez saboreado se convierte en un placer por el que vale la pena cada uno de los pasos.