Cuando se habla del café y sus variedades siempre se nombran el arábico y robusta como las dos grandes cepas del grano, pero el arábico tiene a su vez variedades y mutaciones que aunque poco conocidas, son consideradas como las mejores y más costosas del mundo, entre ellas la “Sidra”.
Sidra es una variedad del Bourbon, una mutación que por muchas décadas se creyó extinta, es una planta alta que crecía de forma silvestre en Etiopía y que comenzó a cultivarse en Yemen durante el siglo XVIII, pero que por su alto costo de producción y transporte sumado a la creciente producción de variedades más económicas y comerciales, dejó de verse lucrativo y casi desaparece de los grandes mercados mundiales.
Ahora la Sidra ha resucitado para quedarse. Recientemente, agricultores ecuatorianos descubrieron y reconocieron la mutación, comenzaron a cultivarla con todos los cuidados que amerita esta planta que sumado a las inigualables condiciones geográficas y de suelos de casi todo el país, hace del Ecuador el lugar perfecto para producir el mejor café.
Esta mutación cafetalera única tiene un precio en el mercado mundial que supera el de cualquier otro grano, eso se debe a varios factores, la Sidra es una planta que amerita cuidados especiales, crece a una gran altura con clima frío, idealmente bajo sombra para que la cereza madure adecuadamente y se cosecha de forma manual, esto se traduce en menor rendimiento pero mayor calidad; aunado a esto, en Ecuador se usa el dólar como moneda oficial, encareciendo aún más esta variedad.
Sin embargo, los sibaritas amantes del café no escatiman a la hora de elegirlo, recientemente se celebró en Miami la semana del arte y durante el evento se vendió la taza de café Sidra ecuatoriano más cara del mundo en 1000 dólares, cifra que suena exagerada pero dentro de esa taza hay una historia de cultura, una experiencia única para muy pocos.
Estas variedades que junto a otras como geisha, typica, caturra y catuai; hacen de las mutaciones naturales del grano de café, una maravilla natural que definitivamente todos deben tener la oportunidad de degustar y disfrutar.