El aroma del café es uno de sus principales atributos, para muchos su olor es causa de placer y deseo, pero poco se conoce de los efectos que tiene el aroma del café en el cerebro humano.
Es bien conocido el cuerpo reacciona de diferentes formas a los olores del día a día, el olor de los alimentos a determinadas horas despertarán ansias de comer, pero el olor a café funciona potenciando diferentes procesos cognitivos.
Estudios recientes demuestran que el aroma a café por las mañanas logra optimizar la atención, la capacidad de análisis, de resolución de problemas y el desempeño laboral y académico en general, pero esto tiene una explicación, se trata de un efecto placebo.
Todo consumidor de café experimenta sensaciones de estímulo, placer y activación cuando lo toma, por lo que al percibir el aroma del grano, el cerebro automáticamente lo recuerda y comienza a sentirse estos mismos efectos, y es que el olor a café viaja en microsegundos desde el olfato a la corteza cerebral llegando al sistema límbico, donde las emociones y recuerdos hacen el resto.
Es por esto que expertos en neuromarketing vienen aplicando aromas artificiales a café en las afueras de las cafeterías y lograr así que más personas sientan el deseo de entrar a consumir. Tal ha sido su éxito, que en el mercado ya se pueden conseguir estos aromatizadores que emulan el olor a grano recién molido.
Finalmente, se puede seguir diciendo que el café no deja ni dejará de sorprender, sólo queda disfrutarlo y esperar nuevas investigaciones que permitan seguir conociendo las bondades del grano.